Es una extraordinaria experiencia, basada en el juego, el canto, la reflexión personal, el análisis de testimonios y la comunicación con el prójimo y con Dios.

Se define, no sólo como un fin de semana para adolescentes y adultos jóvenes, sino como una especial experiencia de familia, con implicaciones sicológicas, sociales y espirituales, conducidas por gente joven previamente capacitada por otros jóvenes y adultos. Su énfasis radica en la comunicación interpersonal en el hogar. Es una extraordinaria experiencia, basada en el juego, el canto, la reflexión personal, el análisis de testimonios y la comunicación con el prójimo y con Dios

Se realiza durante las actividades diurnas de un fin de semana, con dos pernoctas, para el desarrollo de una programación focalizada en la comunicación interpersonal, la recreación sana y el análisis de situaciones cotidianas de la vida familiar, con fines altamente formativos, a la luz de la palabra de Dios. Se desarrolla en torno a una serie de vivencias llenas de afecto, comprensión y búsqueda de soluciones eficaces, surgidas de la propia decisión de los participantes; de sus intereses y motivaciones; concebidas para orientar nuestro estilo de vida en el corto, mediano y largo plazo.

Ofrece a la juventud venezolana, la posibilidad de experimentar un sincero encuentro consigo mismo como persona libre y responsable, consciente de la misión que le corresponde como miembro de una familia, como hijo de Dios y como protagonista de la transformación social fundamentada en la doctrina de Cristo Jesús difundida en las Sagradas Escrituras. Es una excelente oportunidad de cambiar o fortalecer los criterios acerca de las obligaciones y derechos inherentes a la relación con los padres, hermanos y demás integrantes del contexto familiar, vecinal, estudiantil, laboral y apostólico.

Es la gran oportunidad de comprobar el amor de Dios convertido en pasión controlada y entusiasmo juvenil.